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jueves, 3 de noviembre de 2011

Relato ganador: Tradiciones

Hola a tod@s!
Aquí les traigo el relato ganador. Su autor se lleva un ejemplar de Erebos hasta su casa. 
Muchas gracias a todos los participantes, me hubiera vuelto loca si yo fuera la que tenia que elegir, todos los relatos son muy buenos, de verdad.
También gracias a todas las personas que votaron.
Y por ultimo, pero para nada menos importante, gracias a Alfagura México por patrocinar este concurso :D

Ahora si, les dejo el relato ganador, escrito por Nathan Crow. Felicidades!!!

Por Nathan Crow

Ese olor nauseabundo está por todos lados. Las sombras me observan sin cesar. Las oscuridad invade toda la habitación, devorando todo a su alrededor como las fauces de una bestia indómita. Puedo escucharlos afuera, se que están ahí. No, sólo es  producto de mi imaginación. He estado sometido a mucho estrés en el trabajo.  
-¿Qué es ese sonido? Algo ha destrozado la ventana. El frío viento se cuela por entre los cristales rotos, calando mis huesos, helando cada poro de mi piel. Ojalá hubiera hecho caso. ¿Por qué no tome en serio las advertencias? Ahora es demasiado tarde. Corro desesperadamente hasta las otra esquina de la habitación. Es inútil, puedo oír las pisadas que merodean a mi asecho, escucho miles de rasguños en la puerta, detrás de mí…
¿Cuál es mi nombre? Eso ya no importa. Sin embargo, permite contarte mi historia antes de que sea devorado por la oscuridad. A pesar de ser un abogado muy prestigios, mis orígenes se remontan a un pequeño pueblo muy humilde, del cual no mencionaré su nombre. Desde muy pequeño fui criado por mi madre, ya que mi padre murió días antes de que yo naciera. Y aunque mi infancia tuve muchas limitaciones fui un niño feliz.
Al tratarse de un poblado alejado de la ciudad, existían diversas tradiciones propias del pueblo y otras más que se comparten a lo largo de todo el país. Una de ellas es la tradición del día de los muertos. De niño la veía como una tradición mágica, pero conforme fui creciendo me di cuenta de que se trataba solo de tonterías de los ancianos del pueblo. Cada año durante la fecha de la tradición, mi madre me obligaba a ayudarla a poner un altar, cuya ofrenda según contaban los viejos servía para mantener en paz a lo muertos que durante una noche abandonaban el reino del inframundo para recorrer el mundo de los vivos nuevamente. –Puras patrañas–
Cuando crecí, tuve la oportunidad de viajar a la ciudad para continuar mis estudios. Así fue como me convertí en un exitoso abogado de una de las mayores firmas de mi ciudad. A pesar de ello, cada año mi madre me visitaba durante la festividad para continuar con la tradición.
Y ahora a casi un año de que ella abandonará este mundo, una semana después de su última visita, y aunque la amaba demasiado por fin puedo tener un día normal sin aquellas tontas tradiciones. Fue un día como los cualquier otro. El trabajo, como siempre, absorbió todo mi tiempo.
Pero al  final de la jornada ocurrió lo inesperado. Me encontraba solo en mi oficina, cuando las luces comenzaron a apagarse. No le tomé importancia, de pronto mi escritorio comenzó a temblar, debió de tratarse de un sismo. Al salir del edificio, mientras caminaba para dirigirme a mi hogar, una extraña presencia me siguió durante todo el recorrido. Era como si alguien me siguiera, un olor pútrido se apoderó del aire. A cada paso que daba, era como si no estuviera solo.
Al llegar a una calle de mi casa, las cosas dieron un giro inesperado. El alumbrado comenzó a estallar, dejando una densa oscuridad a su paso. Y con cada pisada que daba, la noche lo absorbía todo. Y a tan solo unos metros de mi destino fue cuando sucedió, tuve la sensación de que alguien tocaba mi hombro. Y al girar mi rostro para ver de quien se trataba, pude observar que una pútrida mano se aferraba a mi cuerpo.
Corrí desesperado con la única finalidad de llegar a mi casa, mientras lo hacía el extraño olor que había percibido anteriormente se intensificó. Una extraña mezcla a putrefacción y a una flor que se da en mi pueblo por estas fechas. Y mientras avanzaba, un terrible grito gutural desgarró el aire, acompañado de múltiples risas, que parecía venir de ultratumba.
Tan pronto llegué a mi hogar, me abandoné al confort de mi querido sillón. –Debieron tratarse de mis nervios, el trabajo ha sido muy agotador esta semana–. Qué iluso, no tenía ni la más remota idea de lo que estaba a punto de sucederme.
No supe en qué momento caí rendido ante los brazos de Morfeo, pero al despertar era cerca de la media noche. –Tal parece que todo ha sido una pesadilla – pensé.
Sin embargo, algo iba mal. El silencio era total, ni siquiera se oía el rumor de los insectos. Era algo escalofriante. De repente, miles de golpes se escucharon por toda la casa, era como si un ejército tratará de derribarla.  Y el olor, ese maldito olor, ¿Acaso me estaba volviendo loco?. Todo a mi alrededor comenzó a temblar, peor aún fue cuando sentí que miles de ojos me observaban. Pero lo que realmente me aterrorizó fue aquel fétido aliento que pude sentir en mi nuca.
Sin pensarlo dos veces, corrí a la seguridad de mi habitación, pensando en encontrar un refugio a esta psicosis que me persigue.  Pero que terrible erro fue ese. Ahora heme aquí, ese olor nauseabundo está por todos lados. Las sombras me observan sin cesar. Las oscuridad invade toda la habitación, devorando todo a su alrededor como las fauces de una bestia indómita. Puedo escucharlos afuera, se que están ahí. No, sólo es  producto de mi imaginación. He estado sometido a mucho estrés en el trabajo. 
-¿Qué es ese sonido? Algo ha destrozado la ventana. El frío viento se cuela por entre los cristales rotos, calando mis huesos, helando cada poro de mi piel. Ojalá hubiera hecho caso. ¿Por qué no tome en serio las advertencias? Ahora es demasiado tarde. Corro desesperadamente hasta las otra esquina de la habitación. Es inútil, puedo oír las pisadas que merodean a mi asecho, escucho miles de rasguños en la puerta, detrás de mí.
Comienzo a rezar, algo que no había hecho desde hace años, cuando mi madre me llevaba a la capilla del pueblo. Cierro los ojos mientras lo hago, pero no puedo evitar abrirlos al sentir una presencia delante de mí. No puede ser, debe tratarse de una alucinación. Es imposible, ella está muerta. Hace casi un año que fue su funeral. La enterramos en el cementerio del pueblo, en la misma tumba donde descansa el cuerpo de mi padre.
Y  a pesar de ir en contra de todo lo natural, ahí está. Parada justo delante de mí. Su cuerpo putrefacto, es el causante de aquel hedor que me perseguía. Ha venido por mí, todo por no seguir las tradiciones. O a caso me equivoco, ¿Madre?

Lloro como un chiquillo, aferrado al temor pero sobre todo de amor. A pesar de ser un repulsivo engendro del averno, ella es mi madre. Ha venido por mí, como todos los años. Sin darme cuenta, me pongo de pie, y me acerco lentamente a su encuentro. Ella se queda parada en su lugar, observándome, con aquellas fosas vacías, donde anteriormente descansaban los ojos más hermosos que jamás haya visto.
Estoy frente a frente con ella, y un repentino impulso me obliga a abrazarla, no puedo evitarlo. Es ella, puedo abrazarla una vez más. Un momento, su cuerpo es pegajoso. Trato de separarme del abrazo, pero he quedado atrapado, estoy pegado a ella. La miro detenidamente, puedo ver en ella a mi madre, pero al mismo tiempo sé que no se trata de ella. Unos grotescos tentáculos salen de su espalda y se entierran con unos poderosos aguijones por todo mi cuerpo.
Un vórtice se ha abierto en medio de mi habitación, es como un pequeño agujero negro que lo absorbe todo. Y la repulsiva criatura que simula ser mi madre me arrastra con ella al centro de la masa nebulosa.
Ya es demasiado tarde, ojalá le hubiera hecho caso a mi madre. Sin embargo, yo estaba en lo correcto. Es una tontería poner ofrenda a los muertos. Su reino está muy lejos del nuestro, y una vez que cruzan al otro lado, no vuelvan jamás a caminar entre los vivos. Pero existen cosas peores que se ocultan en la oscuridad, criaturas que toman la forma de nuestros seres queridos y que durante una noche al año logran traspasar la delgada brecha que separa nuestra dimensión de la de ellos.

Si los otros participantes me lo permiten, puedo colgar los otros relatos para que todos ustedes los lean en dado caso de que no tuvieran las oportunidad de hacerlo. 
Les pido a los participantes que me dejen un comentario en esta entrada con su permiso :P

8 comentarios:

Mavel Díaz dijo...

Muchas felicidades Nathan!!!

Me encantó el relato, definitivamente fue mi favorito.

Besos

Ricardo Marín dijo...

sabía que ganaría xD

Alexis Steven dijo...

Me ha gustado mucho. El inicio me atrapo *-* ¡Genial! y felicidades a él.
Saludos.

Grecia B. dijo...

Si, e bueno me gusto.
Felicidades al ganador!!
saluditos!!

Daniela dijo...

Felicidades! =)

Nathan dijo...

Muchas gracias por este genial concurso :D, y muchas gracias a los que votaron, espero les haya gustado el relato ^^

Viry Ivashkov dijo...

Felicidades ganador!!
Disfruta tu premio ^^

Kenya dijo...

Me gustó mucho! Felicidades al ganador!
Saludos!